Seleccionar asertivamente la metodología de un proyecto es uno de los primeros pasos previos a su ejecución y puede representar la diferencia entre el éxito y el fracaso del proyecto. Diferentes caminos pueden llevar a una misma meta; sin embargo, cada opción puede plantear desafíos que afecten la calidad y/o el tiempo de respuesta. Identificar la ruta más eficiente es una habilidad que requiere de amplia experiencia y conocimiento, especialmente al considerar las metodologías tradicionales vs. ágiles, que ofrecen distintos niveles de estructura y flexibilidad.
Utilizando metodologías de gestión de proyectos es posible combinar diversas técnicas y procedimientos, enmarcados en una serie de reglas que guíen los pasos del equipo de trabajo. Entre las más utilizadas, se encuentran enfoques ágiles, que, a pesar de su flexibilidad, han causado debate entre los especialistas, como el famoso Kanban vs. Scrum en proyectos, así como métodos más estructurados, como PRINCE2 o Waterfall. También, han surgido modelos intermedios, como la metodología híbrida de gestión de proyectos, que equilibra planificación y adaptabilidad.
Pero ¿cómo seleccionar la metodología adecuada para la gestión de un proyecto? Para responder a esta cuestión, es clave conocer los objetivos, el nivel de incertidumbre y los plazos de entrega. A continuación, exploraremos 12 frameworks de gestión de proyectos para que puedas tomar la mejor decisión.
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Prueba gratis Bitrix24Aunque oficialmente agile es considerada una metodología, técnicamente se refiere a una filosofía de trabajo. Surgió a partir del manifiesto agile y se centra en establecer procesos flexibles para una gestión ágil de proyectos, permitiendo que los equipos de trabajo se adapten rápidamente a los cambios.
Para cumplir la meta estipulada, se distribuye en actividades más pequeñas, con entregas parciales a corto plazo (sprints). Al finalizar cada sprint, se presenta un avance del producto, con el propósito de obtener comentarios por parte del cliente, brindando al equipo la oportunidad de realizar los ajustes necesarios.
Esta dinámica coloca en primer plano la interacción entre los involucrados, que también implica la participación del cliente. De esta forma, se pretende que el resultado final sea satisfactorio para ambas partes, considerando los cambios suscitados durante la ejecución.
Es justo decir que la metodología Agile ha sentado las bases para nuevas estrategias que se desarrollan dentro del mismo marco de flexibilidad. No obstante, en la actualidad, es reconocida principalmente como una de las metodologías de proyectos informáticos, por ser el campo para el cual está más optimizada.
Scrum también nace dentro del marco ágil y es utilizada principalmente en proyectos de desarrollo de software. En tal sentido, coincide con los fundamentos ya discutidos, incorporando el elemento de autogestión en los equipos de trabajo.
¿El secreto? Sin duda, una comunicación fluida en todo momento, lo que implica manejar la información con transparencia e incluir herramientas que faciliten el intercambio de ideas. Como una de las metodologías de gestión de proyectos centrada en procesos, cuenta con roles establecidos y tareas muy bien delimitadas. El Scrum Master guía el proceso; el Product Owner define las prioridades; y el equipo de desarrollo ejecuta el trabajo. Asimismo, merece la pena señalar que Scrum establece también sprints cortos y reuniones diarias (daily stand-ups) para revisar los avances.
Continuando bajo los principios del manifiesto agile, Kanban coincide en muchos aspectos con los ejemplos de metodologías de gestión de proyectos ya revisados. Sin embargo, a pesar de concentrarse en procesos, no contempla roles específicos como es el caso de Scrum, situación que genera un constante debate sobre Kanban vs. Scrum en proyectos, especialmente en lo referente a la estructura del equipo y la planificación del trabajo. Mientras Scrum establece sprints y roles definidos, Kanban organiza un flujo de trabajo más flexible y continuo, que identifica fácilmente cuellos de botella.
Kanban busca simplificar tareas, eliminando actividades innecesarias, sin perder de vista la velocidad de entrega y calidad del producto presentado. Así, de forma sencilla, es posible implementar Kanban con el uso de herramientas gratuitas de Bitrix24, que permitirán definir actividades pendientes, en proceso y culminadas.
Cada proyecto es único y plantea sus propios desafíos. Combinar metodologías existentes para obtener lo mejor de diferentes alternativas es una tendencia que ha llegado para quedarse. En este sentido, Scrumban es una metodología híbrida en la gestión de proyectos, que equilibra la estructura con la flexibilidad al unir los ya conocidos Scrum y Kanban.
Conservando las reuniones de control de avance diario, se incorpora un poco de estructura, sin llegar al mismo nivel de rigidez de proceso que plantearía Scrum. Resulta ideal para establecer un plan de trabajo en situaciones donde el requerimiento está aún en desarrollo.
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La metodología lean se distancia un poco de la filosofía agile, enfocándose en la identificación y la eliminación de todos los procesos que no aportan valor al resultado. Su foco en la evaluación y la mejora continua en proyectos optimiza el tiempo y los recursos, asegurando una gestión más eficiente. Para ello, implementa los principios: muda, mura y muri.
Por su parte, muda se asocia a la eliminación de pasos de revisión innecesarios; mientras que mura se enfoca en la estandarización de procesos y muri en la capacidad óptima de carga laboral, que no debe superar el 70%. Considerando estos aspectos, se da prioridad a todo lo que aporta valor al proyecto.
Aunque algunos la consideran una opción que plantea menos ventajas respecto a sus pares, es importante reconocer el valor de las metodologías tradicionales vs. las ágiles en la gestión de proyectos. La metodología Waterfall o de “cascada”, destaca la utilidad del control detallado sobre cada etapa del proyecto. Se caracteriza por procesos rígidos y con poco espacio para adaptarse a posibles modificaciones durante la ejecución, lo que la hace ideal para la planificación estratégica de proyectos con objetivos claros.
Comúnmente aplicada en proyectos de construcción y desarrollo industrial, cuenta con un solo ciclo de desarrollo, que se divide en inicio, planificación, ejecución, monitorización y cierre. Cada una de estas etapas debe ser completada para dar paso a la siguiente, como en todo proceso secuencial. Resulta de gran utilidad en proyectos con un objetivo muy claro y predecible. Aunque no deja mucho espacio para imprevistos, es una metodología muy bien establecida y probada en diferentes ámbitos.
Aplicada exclusivamente para proyectos de desarrollo de software, XP se refiere a “extreme programming” o programación extrema. Esta metodología coincide con Scrum en muchos aspectos, con la diferencia que establece reglas muy específicas asociadas al proceso de diseño y desarrollo del código. Centrado en el desarrollo de software, su objetivo principal es la entrega de un producto de calidad que satisfaga al cliente.
La metodología OKR (Objectives & Key Results) es una propuesta estructurada que define tanto las metas (Objectives) como los resultados clave (Key Results) que permitirán evaluar su cumplimiento. A diferencia de otras metodologías de gestión de proyectos, OKR enfatiza la alineación estratégica y el enfoque en el impacto, contribuyendo a la gestión ágil de proyectos en entornos dinámicos. Su aplicación es frecuente en empresas tecnológicas y organizaciones que buscan mejorar la productividad mediante métricas cuantificables.
Otra de las metodologías de gestión de proyectos estructuradas es PRINCE2, cuya característica más llamativa es la división del proyecto en fases para obtener un mayor control sobre la planificación estratégica de cada uno de los proyectos y, también, una mejor asignación de responsabilidades dentro del equipo.
PRINCE2 pone especial énfasis en la documentación y la gestión de riesgos, siendo, así, una buena posibilidad para proyectos más estables. Ahora bien, para optimizar su implementación, los expertos suelen recomendar su combinación con herramientas para planificación y ejecución más flexibles, como los diagramas de Gantt y los tableros Kanban.
Si comparamos las metodologías tradicionales vs. ágiles, podemos ver que Design Thinking adopta una perspectiva más flexible y experimental, mucho más cercano a las metodologías ágiles, aunque con mayor énfasis en la creatividad. El Design Thinking busca la resolución creativa de problemas, con el usuario en el centro de cada decisión.
Se desarrolla en cinco fases iterativas: empatizar, definir, idear, prototipar y testear. Así, se facilita la adaptación a los cambios y se fomenta la innovación en cada paso del proceso de toma de decisiones.
El Critical Chain Project Management se focaliza en la optimización de recursos y gestión del tiempo. Para ello, CCPM prioriza la identificación y la gestión de recursos críticos con el objetivo de evitar retrasos y maximizar la productividad.
Introduce conceptos desconocidos por otras metodologías de gestión de proyectos, como eliminación de holguras innecesarias y protección contra imprevistos mediante buffers estratégicos. El uso de un software de gestión de proyectos colaborativos como Bitrix24 agiliza la asignación de tareas y recursos, monitorea el avance en tiempo real y minimiza riesgos, asegurando un desarrollo más eficiente del proyecto.
La última de las metodologías de gestión de proyectos en tendencia para 2025 combina los principios Agile y Waterfall, dando como resultado una estructura planificada con gran capacidad de adaptación. La metodología híbrida de gestión de proyectos emplea la base sólida con cronogramas y entregables definidos del Waterfall, con las iteraciones y los ciclos de retroalimentación continuos de Agile. Este planteamiento es especialmente útil en proyectos donde se requiere una planificación detallada en las primeras fases, pero con margen de ajuste durante la ejecución.
Tener especificaciones claras por parte del cliente facilitará la decisión entre metodologías tradicionales vs. ágiles. En el segundo caso, profundizar en el requerimiento permitirá seleccionar entre una gestión ágil de proyectos con procesos muy bien delimitados, una opción más flexible, o un método mixto, asegurando una planificación estratégica de proyectos más efectiva.
En cuanto a la implementación, puede simplificarse incorporando herramientas para planificación y ejecución, como diagramas de Gantt y tableros Kanban, entre otros, que aporten en gran medida a la labor de seguimiento y ejecución. Para ello, el uso de un software de gestión de proyectos colaborativos de la talla de Bitrix24 ofrece diferentes opciones para la implementación de alguna de las metodologías de gestión de proyectos, a conveniencia de tu empresa.
La elección de una determinada metodología de gestión de proyectos depende del tipo de industria, la naturaleza del proyecto y, por supuesto, el nivel de flexibilidad requerido. Así, algunas son más comunes en sectores tradicionales y otras, en sectores más cambiantes.
Las startups, las empresas tecnológicas y los equipos de desarrollo de software suelen emplear Scrum y Agile para gestionar sus proyectos con requisitos cambiantes, como el desarrollo de un nuevo sitio web o un videojuego, debido a las iteraciones rápidas, retroalimentación constante y entregas incrementales de producto.
La presentación de tareas netamente visual de Kanban lo convierte en la herramienta preferida para equipos que necesitan gestionar flujos de trabajo sin fechas límite estrictas y tareas continuas, como el soporte al cliente y el marketing. Merece la pena señalar que las áreas de marketing y publicidad también suelen emplear Agile para la planificación y ejecución de campañas dinámicas, ya que simplifica los ajustes según la respuesta del público.
Las empresas con flujos de trabajo en constante cambio encuentran en Scrumban una metodología eficiente. Es especialmente útil en manufactura, tecnología y gestión de productos, aunque también puede beneficiar a los equipos de desarrollo de software, logística y gestión de operaciones.
Los proyectos de ingeniería y construcción tienen secuencias de etapas bien definidas y, por ende, la planificación detallada y la documentación, elementos clave de Waterfall, son clave para cumplir con las normativas y evitar errores. Por ejemplo, un proyecto de construcción de un puente requeriría de Waterfall.
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La meta de Lean es minimizar los desperdicios y optimizar los recursos para mejorar la eficiencia operativa. Así, queda claro que es la metodología perfecta para la logística y la manufactura, ya que puede reducir los costes de los procesos industriales, al tiempo que mejora su calidad. Las automotrices suelen implementar esta metodología en su proceso de ensamblaje.
Industrias como la salud, el sector financiero y la administración pública requieren metodologías de gestión de proyectos con alta trazabilidad y control. CCPM optimiza recursos y tiempo, reduciendo retrasos con buffers estratégicos, mientras que PRINCE2 proporciona una gestión estructurada con documentación detallada. Al ser predecibles, permiten cumplir normativas estrictas sin comprometer la eficiencia.
Extreme Programming apunta a la mejora continua del código mediante prácticas como la programación en pareja, el desarrollo guiado por pruebas (TDD) y la integración continua. Es ideal para proyectos donde la calidad del software es una prioridad y se requiere una entrega rápida sin comprometer la estabilidad del producto.
Las empresas que crean productos o servicios innovadores, como el sector creativo o tecnológico, recurren al Design Thinking para diseñar experiencias centradas en el usuario e impulsar la toma de decisiones fuera de la caja. Si tuvieras que diseñar un nuevo dispositivo wearable, podrías emplear Design Thinking.
Las empresas de tecnología, startups y empresas que desean medir el impacto de sus estrategias utilizan OKR (Objectives & Key Results) para definir objetivos claros y resultados medibles. De este modo, se aseguran de alinear a sus equipos, mejorar el rendimiento organizacional y garantizar el cumplimiento de metas clave. Su flexibilidad lo hace ideal para entornos donde la innovación y la adaptabilidad son esenciales.
Las empresas que necesitan un equilibrio entre planificación y flexibilidad, como las pymes y grandes empresas cuyos requerimientos pueden cambiar sobre la marcha o las consultorías, optan por la metodología híbrida. Al implementar un sistema ERP, podrías planificar las primeras fases con Waterfall y las demás con Agile.
Independientemente del sector en el que te desempeñes, la clave para una adopción exitosa de cualquiera de las metodologías de gestión de proyectos analizadas es, primero, escoger la que mejor se adapte a cada caso particular y, luego, saber implementarla correctamente dentro del equipo de trabajo. Veamos cómo hacerlo.
Para implementar eficientemente alguna de las metodologías de gestión de proyectos abordadas, primero deberás evaluar la madurez de tu equipo y el contexto del proyecto. Considera la experiencia de tus empleados, la complejidad del proyecto a ejecutar y el nivel de flexibilidad requerido.
Como siempre, la capacitación juega un rol primordial en la transición. Formar a los trabajadores en el uso de la metodología escogida respalda una implementación eficiente y reduce el riesgo de resistencia al cambio. Complementar esto con herramientas de planificación y ejecución posibilitará monitorear los avances y perfeccionar los procesos. Por último, mide el impacto de la metodología implementada para llevar a cabo los ajustes necesarios y garantizar su efectividad en el mediano y largo plazo mediante la evaluación y mejora continua en proyectos.
Ahora que conoces las metodologías de gestión de proyectos más extendidas, podrás tomar una decisión de acuerdo a las necesidades de tu empresa. No obstante, tu elección es solo el primer paso de una gestión de proyectos eficiente. La verdadera clave para alcanzar la cima es su correcta implementación. Con la ayuda de las herramientas digitales, las empresas pueden mejorar la colaboración entre equipos, automatizar flujos de trabajo y realizar el seguimiento de los proyectos.
Si buscas una solución potente, evalúa Bitrix24. Este software de gestión de proyectos colaborativos con funciones avanzadas como tableros Kanban, gráficos de Gantt, herramientas Scrum y automatización de tareas puede ser lo que necesitas para acelerar en el camino hacia la cima. Además, su asistente de IA, CoPilot, agiliza la creación de tareas y resúmenes, entre otros, optimizando la productividad del equipo.
Con multitud de herramientas para la comunicación y trabajo en equipo, y un robusto CRM integrado, Bitrix24 se destaca entre las mejores plataformas para gestionar proyectos de cualquier índole.
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Prueba gratis Bitrix24La mejor metodología de proyectos para empresas tecnológicas es agile porque permite adaptarse rápidamente a los cambios, entregar valor de forma iterativa y mejorar continuamente los productos. Su encuadre basado en sprints (ciclos cortos de desarrollo) facilita la flexibilidad, la colaboración entre equipos y la retroalimentación constante del cliente. Scrum y Kanban son otras metodologías que pueden ser beneficiosas en el entorno tecnológico.
Las diferencias entre Agile, Scrum y Kanban son:
Agile es un enfoque basado en iteraciones y mejora continua.
Scrum es un marco dentro de Agile que divide el trabajo en sprints, con roles y ciclos fijos.
Kanban prioriza el flujo de trabajo continuo a través de un tablero visual que no cuenta con ciclos fijos.
Para elegir la metodología adecuada según el tipo de proyecto, debes tomar en consideración la naturaleza del mismo, su complejidad, el nivel de colaboración requerido y la velocidad de entrega necesaria. Kanban funciona mejor con flujos de trabajo continuos y sin plazos fijos, mientras que Scrum es perfecto para desarrollos con requisitos cambiantes y Waterfall, para proyectos con poca incertidumbre y etapas bien definidas. Por su parte, Agile es la mejor opción para equipos que necesitan gran flexibilidad y capacidad de adaptación.
Las metodologías más utilizadas en la gestión de proyectos son:
Agile.
Scrum.
Kanban.
Scrumban.
Lean.
Waterfall.
XP.
OKR (Objectives & Key Results).
PRINCE2 (Projects IN Controlled Environments).
Design Thinking.
Critical Chain Project Management (CCPM).
Metodología híbrida (Agile + Waterfall).
Se pueden combinar varias metodologías para mayor eficiencia, adaptando las fortalezas de cada una a las necesidades del equipo:
Scrum + Kanban = Scrumban: usa sprints Scrum con tableros Kanban para visualizar el flujo de trabajo.
Agile + Waterfall = Agile híbrido: planificación inicial con Waterfall y ejecución con agile.
Lean + Kanban: mejora continua con optimización de recursos y gestión visual de las tareas.
PMBOK + Agile: estructura en PMBOK e iteraciones rápidas con agile.