Durante la pausa para comer una compañera ha mencionado el término. O quizá la escuchaste durante el último webinar y sentiste que eras el único que no tenía la más remota idea de lo que se estaba hablando.
Tranquilo, porque a partir de ahora no solo podrás dejar de fingir, sino que además te aprovecharás de los múltiples beneficios de este método tan de moda.
Es fácil entender, pues, su semejanza con la práctica deportiva: la unión hace la fuerza.
Aunque en un principio se diseñó para el desarrollo de proyectos de software dinámicos y complejos, la metodología de proyectos scrum ha demostrado ser válida para cualquier tipo de proyecto.
¿Qué quieres decir esto? Pues que no importa el tipo de negocio que tengas o la clase de proyectos a los que te enfrentes: la metodología scrum es sinónimo de éxito.
Para ser exactos, contamos con tres roles que son del todo imprescindibles para el óptimo desarrollo de la metodología scrum: el product owner, el scrum master y el development team.
El primer eslabón de la cadena es el product owner. Este es, por decirlo de alguna manera, la encarnación del cliente dentro del equipo scrum. El product owner es el responsable de transmitir de forma precisa las necesidades y deseos del cliente al scrum master y al development team.
Es el encargado de la comunicación entre ambas partes, una especie de puente entre cliente y empresa.
Asimismo, al hablar de este rol es indispensable hacer referencia al término product backlog, que no es otra cosa que la lista de requisitos del cliente para el producto final, y de cuya redacción se encarga el product owner.
Impedimentos, cambios de última hora… el scrum master debe poseer la capacidad de esquivar los obstáculos a los que el grupo se pueda enfrentar y así dejar el camino despejado al development team para que estos puedan cumplir los objetivos de la metodología scrum a tiempo.
Y, ¿cómo se reparten las tareas dentro del development team? Pues ahí radica otro de los principios elementales de la metodología de desarrollo scrum: el equipo es autogestionado. Cada miembro del equipo, consciente de sus fortalezas y debilidades, asume el rol interno que mejor garantice el éxito del proyecto.
Este proceso se lleva a cabo mediante la llamada reunión de planificación del sprint, y tiene como resultado la redacción del sprint backlog.
El sprint es el ingrediente principal del scrum. El núcleo sobre el que se construye todo el método. El sprint es el ciclo de desarrollo de cada una de las necesidades del cliente que encontramos en el sprint backlog.
Dicho de otra forma: se reescribe el product backlog en forma de lista de tareas (el sprint backlog) y se asigna un plazo de tiempo al development team para la realización de cada una de ellas: un sprint.
Puesto que con el sprint el buscamos dinamizar el proyecto, es importante que consista en plazos cortos, de entre una y tres semanas, y nunca superando las cuatro semanas, pues perderíamos el feedback cliente-empresa que persigue la metodología scrum.
Otra de las características básicas del sprint es la realización de breves reuniones diarias de equipo, en las que los miembros (o grupos de trabajo) deben contestar a tres preguntas: “¿qué he hecho hoy?”, “¿qué haré mañana?” y “¿qué problemas he tenido?”.
El objetivo de estas reuniones es mejorar la organización y solventar posibles problemas.
Por último, se realiza una reunión retrospectiva, en la que se analizan los resultados del sprint, a fin de ver qué ha funcionado y qué no, y así encontrar posibles soluciones y mejoras de cara al siguiente sprint.
Además, la comunicación constante con el cliente asegura la satisfacción de sus necesidades y la optimización del trabajo de la empresa.
En Bitrix24 contamos con un tablero scrum gratuito que te permitirá gestionar tus tareas de forma eficiente valiéndote de esta exitosa metodología.