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Cada persona posee cualidades y defectos que la diferencian de sus compañeros. Sin lugar a dudas, hacer caso de estas características es la mejor manera de maximizar el rendimiento de un equipo de trabajo. ¿Cómo? Sencillamente, escogiendo las personalidades de los miembros del equipo para aumentar su nivel de satisfacción y, por ende, su productividad. De esta forma, lograrás un equilibrio necesario para el buen funcionamiento del equipo.
Se deduce que un grupo laboral compuesto por tipos de personalidad positivos y compatibles trabajará mejor y con mayor ahínco hacia el éxito. Por supuesto, existen algunas personalidades que se consideran dañinas dentro del entorno laboral. Reflexionar sobre esta situación es vital a la hora de conformar tu equipo. Ten en cuenta que el ambiente laboral repercute notablemente en el desempeño y, en última instancia, en las ganancias. ¿Estás preparado para descubrir las personalidades más importantes en la gestión de equipos?
Clasificado como ESTP, el emprendedor es uno de los tipos de personalidad que necesitas en tu grupo de trabajo. Se trata de una persona capaz de llevar a cabo un proyecto desde el inicio hasta el fin, solventando incluso cualquier inconveniente que pueda presentarse durante el camino. En general, esta personalidad suele ocupar puestos de liderazgo o gerencia debido a su gran organización y tenacidad.
Un emprendedor puede ver el panorama general, evaluar la situación y sacar adelante un proyecto. Es importante destacar que puede saltarse las reglas en caso de considerarlo necesario. Suele ser una personalidad positiva en los equipos de trabajo debido a su alta motivación, aunque esta tiende a decaer en proyectos a largo plazo. Lo ideal es que como líder le presentes objetivos a corto plazo y le des la posibilidad de expresar su creatividad, ya que suele ser una personalidad que piensa “fuera de la caja”.
La personalidad ISTJ, o logística, puede considerarse como uno de los pilares del trabajo en equipo. Las personas clasificadas aquí son consideradas realistas y responsables. Básicamente, son los trabajadores que aman las rutinas, creen en el trabajo duro y son confiables. Como norma, destacan por su organización, su generosidad y su lealtad.
Un logístico no necesita gran control de tu parte, sino una lista de tareas y sus fechas de entrega. Luego, él mismo gestiona sus horarios y responsabilidades para cumplir con los objetivos. Este tipo de empleado será feliz si pones a su disposición herramientas colaborativas que le permitan aumentar la eficiencia y tener a la vista todo lo que deben hacer. La implementación de una plataforma como Bitrix24, con gestor de tareas y calendarios, puede ser vital en la relación con el arquetipo ISTJ.
Dentro de todos los tipos de personalidad, este es uno de los más sociables y, por este motivo, aporta mucho equipo. La amabilidad de las personas catalogadas como ESFJ contribuye a crear un buen ambiente laboral. Asimismo, se trata de seres humanos que buscan el contacto con sus compañeros y disfrutan del trabajo en equipo.
Se les considera trabajadores organizados y reflexivos, capaces de anteponer las necesidades del equipo a las propias. Sin lugar a dudas, entre las personalidades de la gestión de equipos más valiosas destaca esta porque realmente aporta tanto a nivel laboral como personal. Si buscas un trabajador que te ayude a generar sentimiento de equipo, es el cónsul.
Las personas clasificadas como INTP o arquitectos son planificadores natos. Y, como bien sabes, la planificación es una de las características más valoradas en los trabajadores. Estos empleados sobresalen por su capacidad de resolución de problemas. Son rápidos pensadores y tienen la capacidad de llevar sus ideas a la acción. ¿Necesitas una persona que resuelva conflictos? El arquitecto puede ser el empleado que necesitas.
Tener un arquitecto en tu equipo de trabajo puede resultar beneficioso, ya que este trabajador es capaz de pensar de manera lógica pero, a la vez, seguir su intuición. Tu rol, en este caso, es de guía y escucha. Su tendencia a la acción puede generar una toma de decisiones apresurada; por lo tanto, es vital que estés disponible como consultor para brindar consejos. Lo ideal es que utilices herramientas de comunicación bidireccional de manera habitual con este tipo de personalidades.
Si bien su nombre puede generar dudas, te aseguramos que tener un aventurero en tu equipo puede ser una ventaja. Las personas dentro de la categoría ISFP suelen tener una gran sensibilidad y florecer cuando trabajan en relación estrecha con otras personas. Son trabajadores de equipo natos: accesibles, amigables y reacios a las discusiones, serán los compañeros perfectos para personalidades más conflictivas.
Los aventureros aman descubrir nuevas actividades. Se sienten motivados por las tareas novedosas y les gusta conocer gente. Se les considera creadores silenciosos porque realizan su trabajo en un segundo plano, sin llamar la atención sobre sí mismos. A pesar de este excesivo perfil bajo, trabajan orientados a los objetivos y no paran hasta cumplir con la fecha de entrega de sus tareas. No obstante, como líder deberás invitarles de forma continúa a compartir sus opiniones, ya que resultan muy reservados para evitar confrontaciones.
El orador o polemista (ENTP) se presenta como una persona obstinada que no disfruta del trabajo repetitivo. ¿Por qué querrías una persona así en tu equipo? Básicamente, porque son trabajadores con un ingenio difícil de igualar, ideales para aquellos proyectos que requieren de gran creatividad. Son, realmente, personas que piensan diferente y eso puede brindarle a tu equipo un extra de creatividad.
Si tu empresa busca innovar, el orador resultará vital porque nunca está quieto ni se conforma. Busca ideas continuamente y no tiene miedo a presentarlas. Es racional y objetivo, capaz de analizar una situación y proponer una solución fuera de lo común. Además, es muy bueno en el trato con el cliente porque tiene un gran manejo de la persuasión. Eso sí, ten en cuenta que se aburre fácilmente y deberás trabajar en la motivación constante a través de la presentación de nuevos desafíos. La automatización de tareas repetitivas es fundamental para lograr que se concentre y responda adecuadamente a su rol.
El trabajo con diferentes personalidades te brinda la posibilidad de aunar empleados creativos con líderes y empleados confiables. El donador (ENTP) es un líder nato, pero movido por la intuición y los sentimientos. Esta persona es lo que habitualmente llamamos un líder inspirador y destaca por su diplomacia en la gestión de equipos de trabajo.
Un donador se centra en las personas que tiene a su cargo para sacar lo mejor de cada una de ellas. Puede, por supuesto, asumir un rol secundario y no de liderazgo, ya que su personalidad abierta y empática se lo permite. Se trata de un empleado útil para lograr consenso porque suele comprender a las personas que tiene alrededor de una manera profunda. Es un trabajador que aporta a la construcción de un verdadero equipo de trabajo, ya sea presencial, híbrido o remoto.
¿Tu empresa se desempeña en un mercado cambiante y sumamente competitivo? Entonces, quizá te convenga contar en tu equipo con un consejero, un trabajador capaz de analizar todo en profundidad desde su propio compromiso y perspicacia. No suele tomar nada al pie de la letra y pone todo en duda hasta que es capaz de corroborarlo.
Los consejeros (INFJ) se consideran idealistas, pero con una gran practicidad e imaginación. Son esos trabajadores que aportan ideas continuas, incluso algunas que nunca antes te habías planteado. Por otra parte, se muestran sumamente organizados y resolutivos. Asimismo, se preocupan por el sentir de sus colegas y, por lo tanto, suelen ser buenos compañeros de equipo.
Como has podido comprender a lo largo de este artículo, el trabajo con diferentes tipos de personalidad es una tarea ardua. Al fin y al cabo, cada persona aporta sus cualidades al grupo al que pertenece. Por otra parte, también influyen en el mismo los defectos individuales. Así, es crucial tomar en consideración las necesidades del proyecto a la hora de escoger a los miembros que se desempeñarán en él.
Aleja a los trabajadores tóxicos, a aquellos que no conciben trabajar en equipo o que socavan la moral general. Por el contrario, opta por empleados dispuestos a colaborar, a esforzarse y a sacar lo mejor de sus compañeros.
Por supuesto, puedes escoger los tipos de personalidad que mejor se adapten a tus necesidades. Lo importante es que consideres sus características individuales para brindarles el ambiente ideal para que saquen a relucir sus cualidades y los trabajadores se potencien entre sí. De tu gestión como líder depende que tu equipo alcance la cima del éxito.
No dudes en implementar, entonces, una plataforma de trabajo colaborativo para, por un lado, facilitar la comunicación bidireccional de los miembros de tu equipo de trabajo y, por otro,