Algunos grandes líderes de la historia de la humanidad poseían habilidades de liderazgo innatas. No obstante, eso no significa que no hayan debido pulirlas para conseguir inspirar a multitudes. Toda persona que quiera dirigir equipos debería ponerse manos a la obra y trabajar sus competencias a este fin.
Más allá de una buena organización y una cuidada atención a los detalles, todo líder debería exhibir marcadas competencias comunicacionales, así como una visión estratégica. Cabe señalar que el liderazgo lo detenta, en realidad, quien aúna una serie de habilidades que lo hacen capaz de motivar a un conjunto de personas para alcanzar un objetivo. Ahora bien, ¿cómo desarrollar tus habilidades de liderazgo? Continúa leyendo, obtén respuesta a esta cuestión.
Si aspiras a dirigir equipos, deberías cultivar diferentes habilidades de liderazgo. Sin ellas, te será imposible hacerte con el espacio que deseas dentro de la empresa. Al fin y al cabo, un verdadero líder no es aquel que tiene el poder, sino quien logra inspirar y despertar lo mejor de sí a cada miembro de su equipo de trabajo. Las habilidades de un líder organizan a un conjunto de personas de manera tal que sea posible alcanzar un objetivo en común.
El liderazgo no depende de una única habilidad, sino que es el resultado de una combinación de competencias. Algunas personas nacen como líderes innatos, otras aprenden a serlo. Pero, sin dudas, todo líder debe fomentar estas destrezas mediante la práctica y el estudio. Si te preguntas cómo desarrollar habilidades de liderazgo, continúa leyendo porque te contaremos cuáles son estas importantes características y de qué manera trabajarlas. Sin importar si tienes una posición gerencial o no, te serán útiles para ocupar esa posición que tanto anhelas.
Una de las principales habilidades de liderazgo que deberías desarrollar es la comunicación asertiva. Esta competencia va mucho más allá de saber escribir correctamente o dirigirse a un grupo de manera abierta. Se trata de la verdadera capacidad de transmitir un mensaje de manera clara para que el receptor pueda comprenderlo sin inconvenientes. Pero no solo eso. Un verdadero líder debe, también, escuchar asertivamente. Es decir, ser capaz de comprender lo que los miembros del equipo quieren decir, aunque no lo especifiquen exactamente. Básicamente, se trata de una habilidad íntimamente relacionada con la empatía. Para entender a una persona, es necesario ponerse en su lugar.
Asimismo, deberías ser capaz de exponer tus opiniones y pensamientos acompañados de una comunicación no verbal acorde. Como líder, debes ser abierto y comprensivo para invitar siempre al diálogo. Existen en el mercado numerosos cursos de comunicación asertiva que pueden servirte para desarrollar esta habilidad. Por otra parte, respirar profundo e intentar comprender la motivación de quien te habla puede ayudarte a comportarte según lo deseas. Finalmente, la implementación de un software de comunicación que favorezca el contacto bidireccional a través del chat, las llamadas y las videollamadas te ayudará en la gestión de un equipo de trabajo.
El pensamiento crítico se trabaja ya desde el colegio. No obstante, muchos de nosotros no lo aplicamos para la toma de decisiones inmediata. Para desarrollar habilidades de liderazgo, debes aprender a aplicar de manera rápida el análisis de los datos que posees a la toma de decisiones. Esto significa que debes ser capaz de decidir de manera rápida, sin demora. Para ello, es importante que te familiarices totalmente con la industria del negocio en el que te desempeñas. Investigar a los competidores y el nicho de mercado, los potenciales clientes y los productos de la empresa te ayudará a determinar en poco tiempo cuál es el mejor curso de acción.
Asimismo, es esencial que cada experiencia y cada error pasados te sirvan para evaluar las situaciones. Capacítate. Participa en formaciones de liderazgo y lee al respecto. Sigue blogs específicos de tu sector o de grandes pensadores. Infórmate y deja que tu mente procese esos datos de cara a los próximos años. Los grandes líderes de la historia, esos que cambiaron el mundo para siempre, no se conformaban con pensar en el próximo trimestre, ni siquiera en el próximo año. ¿Por qué tú sí deberías hacerlo? Piensa a futuro. Mantente al corriente. Estudia, aprende, desarróllate. Abre los ojos a las oportunidades, incluso en medio de situaciones difíciles. No dejes que los cambios modifiquen tu curso, adelántate a ellos y sé el gestor de tu propio camino. Determina dónde quieres estar en 10 años o en 20 y crea tu plan para llegar hasta allí. Para ello, aprende cosas nuevas cada día, incluso aunque no estén directamente relacionadas con tu función. Todo sirve para que te conviertas en el líder que quieres ser.
No dejes que los conflictos interfieran en la consecución de los objetivos empresariales. Todo buen líder sabe que estos problemas no desaparecen con el tiempo. Por el contrario, suelen hacerse cada vez más grandes y complejos. Así pues, una de las habilidades de liderazgo que debes desarrollar y ejercer es la resolución de conflictos interpersonales. Para ello, puedes apuntarte a cursos de coaching o de resolución de conflictos, tanto presenciales como online. Mira o escucha, también, podcasts sobre técnicas de manejo de problemas interpersonales. No te quedes quieto.
Enfrentarte al conflicto también te ayudará a aprender a gestionarlo. Para ello, escucha de manera perspicaz lo que los implicados tengan para decir. Toma en consideración el carácter y los antecedentes de cada empleado. Presta atención a los detalles y busca incongruencias. Hazle caso a tu intuición; a veces, tu instinto puede indicarte el camino. Conversa, también, con los demás miembros del equipo de trabajo. Analiza la situación y media. No dejes que el conflicto cobre mayor magnitud. Sé empático y comprensivo, pero no dejes que te tiemble la mano, si debes tomar decisiones. En algunos casos, reasignar a un empleado puede ser la única solución posible.
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Probar GratisTodo aquel que desee convertirse en un líder necesita disciplina. Sin ella, difícilmente puedas organizar un equipo de trabajo, planificar un proyecto y llevarlo a buen puerto. Si realmente quieres inspirar a otros a seguirte, muéstrate como a ti te gustaría que te viesen. Al fin y al cabo, es posible que te juzguen por la puntillosidad y disciplina que demuestras en tu puesto de trabajo.
Trata tu día a día con seriedad y profesionalidad. Utiliza un gestor de tareas para organizarte al milímetro, siempre clasificando las tareas de prioritarias y urgentes a rutinarias. Apuesta por un software para automatizar tareas repetitivas y no olvides anotar toda reunión o cita en tu calendario. Respeta siempre los plazos y haz de tu rutina una forma de vida. Si quieres aprender habilidades de liderazgo, compórtate como un líder, aunque no detentes formalmente ese puesto. Adquirir buenos hábitos puede llevarte un tiempo, pero una vez te hayas adueñado de ellos, podrás extrapolarlos a todo un equipo de trabajo.
¿Quieres trabajar tus habilidades de liderazgo? Una de las mejores maneras de hacerlo es comprometerte en más proyectos. No te dejes estar y busca la manera de avanzar en tu carrera, de aprender y de mejorar. Por supuesto, debes tener siempre en mente tu capacidad y no sobrepasarla. Un buen líder sabe cuando decir “No”.
Ahora bien, si tienes capacidad laboral, ¿por qué no aprovechar para asumir más responsabilidades? Sal de tu zona de confort y demuestra todo lo que puedes hacer. Analiza la situación, aprende de todo aquel que te rodea y deja que los ejecutivos noten que tomas la iniciativa. Los líderes no se quedan nunca quietos.
Aunque te parezca difícil de creer, los líderes son capaces de ceder el control cuando es necesario. No te sientas amenazado ni disminuido, si no eres escogido como líder de tu equipo. Por el contrario, toma la oportunidad para observar y aprender.
Presta atención al estilo de liderazgo de quien está a cargo. ¿Qué puedes rescatar? ¿Qué cambiarías? ¿Cuál es el mérito de esa persona? Copia aquello que te parece destacable, pero no te quedes allí. Hazlo tuyo, transfórmalo de manera tal que se adapte a tu forma de ser, a tu manera de moverte y comunicarte. Coge lo que te sirva y aplícalo a ti mismo, a tu manera de gestionar situaciones. Valora cada situación como una ocasión positiva para adquirir conocimientos y experiencia.
Ver el panorama general es una de las habilidades de liderazgo más valoradas. Esto no solo se refiere a la capacidad de analizar una situación en su conjunto, sino también a anticiparse a los problemas. Prever qué situaciones pueden afectar un determinado proyecto es una competencia que toda persona que desee dirigir equipos debería desarrollar.
Una excelente manera de desarrollar esta habilidad es mediante el análisis continuo de datos. Aunque no lo creas, las investigaciones pueden ayudarte a vislumbrar pequeños inconvenientes e, incluso, oportunidades alrededor de un proyecto. No pases por alto nada. Tómate el tiempo para hacerte preguntas y preparar tantos planes como sea necesario. Aun si no eres la persona a cargo del proyecto, este ejercicio te preparará para el futuro. Además, puede contribuir a que los responsables noten tu calidad de líder.
Aprender habilidades de liderazgo implica, también, saber delegar. Ningún líder puede hacerse cargo de todo. Es imposible ser responsable del 100 % de las tareas. Piénsalo: si llevas a cabo hasta la mínima tarea rutinaria, no te quedará tiempo para lo realmente importante; es decir, para la estrategia.
Desde tu posición, no dudes en delegar tareas y responsabilidades a los miembros de tu equipo interno o incluso a proveedores externos que puedan colaborar con el mismo. Permite que otras personas te ayuden con aquellas actividades que, en realidad, no requieren de ti. En este punto, puedes recurrir a plataformas para la gestión de tareas (como mencionábamos anteriormente) que, por un lado, te ayuden en la asignación de tareas, y, por otro, simplifiquen las mismas, como por ejemplo el envío automático de boletines de información o la creación de presupuestos o facturas en base a plantillas predefinidas.
Admitir que uno se ha equivocado puede ser difícil, también aceptar una opinión que discrepa con la propia. No obstante, esto es moneda corriente en el día a día de un buen líder. Si realmente deseas dirigir equipos, debes aprender a gestionar estas situaciones hoy mismo.
Mantén una mentalidad abierta. Escucha lo que los demás tienen que decir. Evalúa de manera objetiva los planteamientos y reconoce el mérito de quien tiene una buena idea. El respeto y la valoración de los demás favorecerá al buen clima laboral, y te permitirá construir un equipo cohesionado y comprometido, y erigirte como un buen líder en el futuro.
10. Intenta ser el ejemplo a seguir
Entre las habilidades de liderazgo destaca la capacidad de motivar a los miembros de un equipo de trabajo. Si bien esta motivación puede producirse mediante un llamativo discurso, en general los líderes logran inspirar mediante su propio ejemplo.
Por este motivo, deberías convertirte en ese compañero que a ti te gustaría tener en tu equipo. Más allá de ser responsable y dedicado a tu trabajo, compórtate como un buen miembro del equipo. Brinda apoyo y orientación a quien lo necesite. Ofrécete a ayudar, si fuese necesario. Transfórmate en ese trabajador ejemplar que todos admiran y aspiran ser.
Son muchas las habilidades de liderazgo que deberías desarrollar, pero esta es esencial. La creatividad te permitirá resolver situaciones de manera diferente. Así, podrás obtener resultados distintos a los esperados gracias a tu propio ingenio. Para entrenar esta habilidad, puedes analizar casos de liderazgo o plantear situaciones ficticias y buscar opciones de actuación. No te quedes solo con lo que sucede en tu mercado, ni siquiera en tu país. Mira a tu alrededor. Busca casos de estudio de otros países. Muchas veces, las diferencias culturales posibilitan soluciones diferentes a un mismo conflicto.
Inscríbete en talleres de creatividad y realiza actividades que liberen tu mente, como la escritura, la pintura o el deporte. Cuestiona todo continuamente y no des nada por sentado. Sé curioso. Plantéate cómo actuarías si fueras otra persona. Deja volar tu imaginación y sueña despierto. Utiliza la técnica de Samper que implica sustituir, combinar, adaptar, modificar, cambiar el uso, eliminar y reformar ideas o procesos. Medita, pon la mente en blanco y, cuando las ideas aparezcan, anótalas. Piensa fuera de la caja y demuéstrales a todos que tienes alma de líder.
Desarrollar las habilidades de un líder te permitirá aumentar la productividad de tu equipo de trabajo. Si aún no tienes la posición de líder, no te preocupes. Es cuestión de tiempo. Recuerda que los líderes no se crean en un instante. Debes aprender y demostrar tus conocimientos.
Toma en consideración que, además, puedes ser un líder, incluso sin tener el rol de manera formal. Inspira a los miembros del equipo de trabajo con tu forma de ser y de trabajar. Muéstrate seguro, empático y participativo. No dudes en compartir tus ideas. Respeta a quien tienes al lado y delega siempre que sea necesario. Apuesta al trabajo en equipo. Toda tarea y rol que asumas te ayudará a trabajar tus habilidades de liderazgo. Con el paso del tiempo, tus superiores verán el líder en el que te has convertido.