Diferenciarse de la competencia es uno de los grandes objetivos de todas las empresas, más allá de la saturación actual del mercado. Por este motivo, cada negocio busca desarrollar una identidad corporativa
única que les permita sobresalir y ser fácilmente reconocidos. Ahora bien, ¿qué es la identidad corporativa? El concepto hace referencia a la forma en que tu empresa se da a conocer frente al mundo. Este no debe confundirse con la “identidad de marca”.
Aunque similares, son intrínsecamente diferentes. Mientras la identidad de marca se centra en la experiencia de los clientes y el reconocimiento de marca, la identidad corporativa promueve una imagen positiva a través de la misión, los valores y la ética, que se transmite en sus activos visuales.
Sin lugar a dudas, es un aspecto de tu negocio que no deberías descuidar. Por eso, te invitamos a descubrir los pasos a tomar en consideración al momento del desarrollo de la identidad empresarial.
Al pensar en la identidad corporativa, muchas personas se centran principalmente en las estrategias de branding corporativo; es decir, en la construcción de una imagen sólida y reconocible para la empresa. Sin embargo, el diseño de una identidad corporativa va más allá del desarrollo de un logo atractivo. Hace referencia a la verdadera esencia de la compañía: su cultura, sus valores fundamentales y la forma en que se relaciona con sus clientes y potenciales clientes.
El branding corporativo es como vestir a tu empresa con colores y diseño, pero la identidad corporativa es la personalidad, la ética y la misión que realmente la define. Es la combinación de estos elementos lo que crea una impresión duradera y auténtica en el mercado. Pon las técnicas modernas de branding empresarial al servicio de una identidad reconocible, impactante y duradera para tu negocio.
El primer paso para la construcción de identidad de marca de tu empresa es delinear el marco ético y los valores que sentarán las bases de cada una de las decisiones a tomar. Estos principios no solo constituyen la esencia moral del negocio, sino que también actúan como un marco de referencia para forjar relaciones sólidas y auténticas con los diferentes públicos (empleados y clientes, y la sociedad en general). Para ello, pregúntate qué creencias fundamentales orientarán cada aspecto de las operaciones y cómo se reflejarán en las interacciones diarias. Una vez tengas esto en claro, será el momento de comunicar dichos valores a cada miembro de la organización, sin importar lo grande o pequeña que esta sea. Tanto la cúpula directiva como los empleados de menor rango y los becarios deben conocer y abrazar estos valores para lograr una cohesiva identidad corporativa.
Por supuesto, ten siempre en mente que si bien los valores éticos deberían plasmarse por escrito, también deberían sobrepasar el papel e influir en las decisiones empresariales, la cultura interna y la forma en la que tu compañía se relaciona con el entorno. Son una orientación que no deberías dejar de lado, ya que constituyen quién es tu empresa en relación con el mercado.
Al adoptar una mentalidad basada en determinados valores, tu empresa puede orientar sus acciones hacia prácticas que respeten y refuercen esos principios. Si uno de los valores fundamentales de tu organización es la sostenibilidad, deberías adoptar estrategias sostenibles en la cadena de suministro y producción con el fin de reducir el impacto ambiental de la organización. Un compromiso genuino con tus valores puede fortalecer la identidad interna, a la vez que se convierte en un distintivo poderoso de cara a tus potenciales clientes.
El diseño de la identidad corporativa trasciende la creación de los elementos clave de la imagen corporativa. Se trata, en realidad, de un proceso estratégico cuya finalidad es expresar la esencia de una empresa de manera visualmente impactante. Por eso, antes siquiera de pensar el nombre de tu negocio o comenzar a bosquejar el diseño de un logotipo, deberías llevar a cabo una investigación exhaustiva. Entiende qué valores deseas perseguir y transmitir, quién es tu audiencia objetivo y cómo resuenan esos valores con ella, y cuál es la posición de tu empresa frente a la competencia. Cuando tengas respuestas a esas preguntas, ejecuta sesiones de brainstorming para encontrar ideas que puedan representar adecuadamente la identidad corporativa.
Define el nombre de marca y selecciona los mejores conceptos a su alrededor; luego, deja que los diseñadores gráficos les den vida. El logotipo debe ser único, versátil y, sobre todo, representativo de lo que deseas transmitir. Escoge los colores que representarán a la marca, sobre la base de la psicología del color y la coherencia con los valores de la empresa. Asimismo, selecciona una tipografía que complemente el logotipo y refuerce la identidad visual.
También, se diseñan íconos y elementos gráficos adicionales que se emplearán en diferentes materiales tangibles y digitales. La idea es que tanto el logo como los demás elementos visuales se apliquen en tarjetas de presentación, papelería, sitios web, redes sociales, productos, tiendas y uniformes, entre otras posibilidades. Al fin y al cabo, la coherencia en la aplicación de elementos visuales no solo fortalece la identidad corporativa, sino que también contribuye a la percepción de la marca por parte del público.
El manual de identidad corporativa es un documento detallado que establece las pautas para el uso correcto de los elementos visuales de una empresa. En primera instancia, recoge los valores fundamentales y las normas éticas que orientan las acciones de la empresa. De igual manera, incluye la declaración de la misión, encapsulando así la razón de ser de la empresa y su propósito fundamental. Debido a su importancia, se recomienda su almacenamiento en la base de conocimientos de la compañía para su fácil acceso por parte de toda la plantilla.
Al referirnos específicamente a los elementos clave de la imagen corporativa, tu manual de identidad corporativa debería:
Especificar el diseño del logotipo, incluyendo todas las posibles variaciones, tamaños y ubicaciones apropiadas. Asimismo, en este documento se detalla el significado del mismo y la forma en la que debe aplicarse en distintos contextos.
Definir la paleta de colores oficiales, empleando los códigos internacionales Pantone, RGB y CMYK. Es vital que se indique cuándo y cómo se empleará cada color.
Establecer las tipografías autorizadas, así como los tamaños, estilos de texto y forma de aplicación.
Detallar el uso de gráficos, ilustraciones, fotografías y otros elementos visuales que conforman la identidad corporativa.
También, es imprescindible indicar las diferentes aplicaciones de los elementos visuales, tanto en materiales impresos, como digitales y otra clase de soportes. A este fin, puede ser importante que incluyas ejemplos de aplicaciones correctas e incorrectas para garantizar la interpretación adecuada y proteger, así, la cohesión de la identidad corporativa. Por último, determina cuándo y de qué manera se ejecutarán actualizaciones para asegurar que la información plasmada en el manual se mantenga relevante.
Durante las últimas décadas, los expertos han descubierto que aquellas empresas que logran conectar a nivel emocional con su audiencia tienen mayores probabilidades de fidelizarlos y alcanzar sus objetivos. Por este motivo, presentar una historia de marca puede ser una manera efectiva de acercar tu empresa a tu público objetivo. Esto no implica comunicar datos, sino contar una historia que resuene con quien la escucha o lee.
Para ello, conoce a tu audiencia. Piensa en cuáles son sus necesidades, sus deseos y sus desafíos. ¿Qué les importa? ¿Qué les atrae? ¿Qué les afecta? Una vez tengas esto en claro, comienza a tejer tu historia, pero recuerda: la misma debe reflejar los valores fundamentales de la identidad corporativa, que has definido en el paso uno. Busca un hilo narrativo: los orígenes del negocio, los desafíos enfrentados y superados, los momentos claves, el sueño o la aspiración de la empresa…
Resalta la autenticidad y la humanidad detrás de la marca con una historia que no solo capte la atención, sino que también, y principalmente, deje una impresión duradera. A este fin, deberías emplear protagonistas auténticos, como los fundadores o los empleados, y usar fotografías y videos para potenciar la conexión emocional. Adapta tu historia a diversos canales y compártela para llegar a tu público de manera consistente. Invítales a comentar compartiendo historias o consejos. La idea es que tu empresa sea capaz de mostrar su identidad corporativa y generar una relación cercana con su target.
Te lo hemos adelantado en los anteriores puntos de este artículo: la consistencia de la identidad corporativa es sumamente relevante para que sea creída, aceptada y valorada. Al alinear cada mensaje con los valores empresariales, la marca se percibe como auténtica, confiable y real. Por ende, es mucho más sencillo entablar una relación con ella.
Una sólida construcción de identidad de marca depende, en gran medida, de la repetición constante de mensajes que creen un patrón fácilmente reconocible por parte del público. Así, la identidad corporativa se asienta en la mente de los consumidores. Al seguir esta manera de comunicar, cada acción de tu empresa formará parte de un mismo hilo conductor que vinculará cada una de las diversas campañas en los diferentes canales. Esta uniformidad contribuirá a la percepción de la marca como una entidad transparente y fiable.
Asegúrate de que tanto los mensajes enviados a los clientes y potenciales clientes como aquellos para los empleados muestren coherencia en tono, valores y enfoque. Esta consistencia no solo construirá una imagen fuerte y auténtica de tu empresa en la mente del público, sino que también establecerá una conexión emocional duradera. Cada interacción, ya sea una publicación en redes sociales, una campaña publicitaria o un comunicado interno, se convertirá en un ladrillo más en la construcción de una identidad corporativa potente, sólida y memorable.
El contact center resuelve problemas diariamente. Se trata, sin dudas, del sector de tu empresa que tiene mayor contacto directo con los clientes y, por lo tanto, el que presenta la mayor oportunidad para transmitir la identidad corporativa de forma eficiente. Aprovéchala y demuestra el compromiso de tu negocio con la satisfacción y el cuidado de los clientes.
Cada interacción entre tus agentes y tu audiencia se convierte en una ocasión para superar las expectativas y dejar una impresión positiva, que repercuta en una mejora de la reputación empresarial. Utiliza un enfoque proactivo y apunta a la excelencia: busca crear un equipo de atención al cliente caracterizado por la prontitud, la empatía y la eficiencia en la resolución de conflictos.
Si lo piensas, la consistencia en la calidad del servicio al cliente debería formar parte esencial de tu estrategia de identidad corporativa. Distínguete de la competencia ofreciendo unos estándares superiores. Crea experiencias de cliente que refuercen tu imagen positiva de marca y forjen relaciones a largo plazo. Para ello, deberás invertir en capacitación y asegurarte regularmente de que cada empleado esté alineado con los valores empresariales y conoce cómo transmitirlos de acuerdo con las normativas de tu negocio.
Como tantas otras variables en el mundo empresarial, la construcción de una identidad de marca potente no es un proceso estático. Por el contrario, exige un compromiso continuo con la flexibilidad, la evolución y la adaptación. Por eso, debes estar dispuesto a ejecutar evaluaciones periódicas para asegurar que la identidad corporativa de tu negocio se mantenga relevante.
Revisa el logotipo y los demás elementos clave de la imagen corporativa. Analiza la percepción que la audiencia potencial y la real tienen de tu empresa. Verifica si la misma se ha modificado y, en caso de que el cambio fuera negativo, no dudes en tomar decisiones. La identidad corporativa debe ser al mismo tiempo sólida y flexible. Sólida para mantener cohesión a lo largo del tiempo y flexible para adaptarse a las nuevas tendencias y las dinámicas cambiantes del mercado.
Los ajustes necesarios pueden abarcar desde actualizaciones menores en el diseño del logotipo hasta modificaciones en la estrategia de comunicación. Grandes líderes del mercado, como Apple, han llevado a cabo estas modificaciones a lo largo de los años y, así, se han mantenido vigentes. Comprométete con la autenticidad y la excelencia, y evoluciona junto a los nuevos tiempos sin traicionar la esencia de tu negocio.
Hoy en día, los potenciales clientes tienen acceso a una enorme cantidad de ofertas que, en muchos casos, brindan una diferenciación mínima. Para destacar en este contexto, se vuelve imprescindible el desarrollo de una identidad empresarial potente. A través de sólidos principios éticos, la construcción de una imagen visual coherente y la presentación de una historia de marca auténtica, tu negocio puede generar confianza y forjar relaciones a largo plazo.
Por supuesto, no deberías menospreciar la importancia de la consistencia en la comunicación y un servicio al cliente de excelencia. Estas variables también contribuyen a fortalecer la identidad de marca y, sin dudas, repercuten en la mejora de la reputación empresarial. Sigue los consejos mencionados en este artículo y no dudes en evolucionar junto a las tendencias, sin dejar de lado aquello que ha definido a tu empresa. De este modo, alcanzarás el éxito.
La identidad corporativa es la manera en la que una empresa se presenta en el mercado; es decir, que aúna la imagen visual y el diseño de marca. Incluye elementos como el logo y la filosofía de la marca, y es importante porque crea una imagen coherente que fortalece la percepción del público y diferencia a la empresa en el mercado, generando confianza y reconocimiento.
Una fuerte identidad corporativa se compone de elementos que la distinguen, como:
Un logo memorable.
Colores propios y coherentes.
Tipografía representativa.
Elementos gráficos consistentes.
Por otra parte, la cohesión en la comunicación, la cultura empresarial sólida y la autenticidad contribuyen a una identidad robusta que destaca en el mercado.
Las empresas modernas pueden desarrollar efectivamente su identidad corporativa al:
Llevar a cabo una profunda investigación para comprender a la audiencia y la competencia.
Definir sus valores empresariales.
Crear elementos visuales que las diferencien dentro del mercado.
Desarrollar una paleta de colores y guía de estilo.
Construir una cultura empresarial sólida.
Comunicar de manera consistente.
Adaptarse a los cambios y evolucionar.
El branding digital desempeña un papel crucial en la configuración de la identidad corporativa al:
Facilitar la visibilidad y el reconocimiento de la empresa en plataformas online.
Permitir la interacción directa con los clientes potenciales.
Contribuir a la construcción de una imagen coherente a través de redes sociales, sitios web y otras plataformas digitales.