Desempeñarse en un ambiente de trabajo saludable es la gran aspiración de los trabajadores. Sentirse valorados, bien remunerados y protegidos forma parte de las expectativas de la gran mayoría de la fuerza laboral actual. Ahora bien, ¿qué es exactamente un ambiente laboral saludable y cómo puedes construirlo en tu empresa?
Lo cierto es que el entorno de trabajo saludable está íntimamente relacionado con el bienestar laboral y abarca muchos más aspectos que los tres puntos anteriormente mencionados. Si bien alcanzarlo implica un enorme esfuerzo para la empresa, los beneficios superan con creces la investigación, la implementación y la inversión necesarias. ¿Quieres descubrir cuáles son los cuatro pilares de un ambiente laboral saludable y de qué manera ponerlos en práctica en tu compañía?
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Prueba Bitrix24 GratisLa Organización Mundial de la Salud (OMS) define un ambiente de trabajo saludable como “aquel en el que los trabajadores y los gerentes colaboran en un proceso de mejora continua para proteger y promover la salud, la seguridad y el bienestar de todos los trabajadores y la sostenibilidad del espacio de trabajo”. Queda claro, entonces, que se engloban tanto los recursos físicos que influyen en la actividad de cada trabajador como los comportamientos, los valores, la seguridad y todo otro aspecto relativo al desempeño de la labor.
Básicamente, se busca desarrollar un entorno donde prima el bienestar laboral. El lugar de trabajo se convierte en un espacio de colaboración, donde cada miembro, desde los empleados rasos hasta la alta dirección, trabaja de manera conjunta para promover relaciones positivas. En contraposición con los denominados ambientes tóxicos de trabajo, este fomenta la discusión abierta, la creatividad, la autonomía y las relaciones basadas en el respeto.
Por supuesto, como líder de tu empresa o de tu equipo de trabajo, tu rol engloba mucho más. No solo debes prestar atención a la manera en que los trabajadores interactúan entre sí, sino que debes mostrarte como ejemplo de comportamiento. Asimismo, es tu deber verificar que el espacio sea seguro, limpio y proteja la integridad física y la salud de los trabajadores. Por otra parte, la capacitación y las oportunidades de desarrollo profesional, una cultura positiva y las prácticas de vida sana también conforman un entorno de trabajo saludable. Como ves, se trata de un tema de vital importancia que engloba diferentes aristas a tomar en consideración. Pero no temas, porque a continuación te contaremos cómo crear un ambiente de trabajo saludable en la empresa.
Cómo crear un ambiente de trabajo saludable para tus empleados
En la actualidad, cada vez más empresas han comprendido la inmensa importancia de crear un ambiente de trabajo saludable. No es un secreto que los trabajadores satisfechos tienden a esforzarse más para alcanzar sus objetivos. Esto repercute de manera directa en la productividad empresarial y, en última instancia, en la facturación. Sin lugar a dudas, enfocarte en el bienestar, la motivación y la satisfacción de los empleados es una de las mejores maneras de que tu compañía crezca en el mediano y largo plazo.
Si tomas en consideración el tiempo que tu plantilla pasa en el trabajo, es fácil comprender que tu empresa tiene un lugar preponderante en su vida diaria y, por lo tanto, en su nivel de felicidad. Por este motivo, desarrollar una estrategia global de bienestar laboral debería ser una prioridad para ti. Piensa en cada empleado como un ser complejo, con variados intereses y necesidades. No limites tu función a brindar seguridad en el desempeño de las tareas, comodidad o posibilidades de desarrollo profesional. Tienes la oportunidad de promover la salud individual, minimizando así el ausentismo y las bajas por enfermedad. Para ello, te presentaremos a continuación los 4 grandes pilares de un ambiente de trabajo saludable, según los expertos.
La manera más sencilla de comenzar a construir un entorno de trabajo saludable es a través de la modificación del lugar de trabajo para adecuarse a esta nueva necesidad. Es posible que tu empresa ya cumpla con las recomendaciones que compartiremos contigo a continuación; no obstante, siempre hay espacio para la mejora. El primer paso es recorrer el espacio físico y tomar nota de aquello que necesita una modificación. Visita las fábricas y las diferentes oficinas. Habla con tus empleados o prepara encuestas anónimas invitándoles a brindar retroalimentación sobre su nivel de confort. ¿Qué necesitarían para trabajar de manera más cómoda? ¿Qué podría mejorar su desempeño o, simplemente, les haría más felices? Toma nota de estas informaciones y determina las prioridades.
Al hablar de un ambiente de trabajo saludable, es imprescindible evaluar la condición de la estructura y del mobiliario, la calidad del aire y de la iluminación, el nivel de ruido, la seguridad de la maquinaria y los productos químicos empleados (si los hubiera), los materiales y los recursos, los productos, los vehículos y, también, los procesos de producción. Seguramente, si tu empresa tiene una fábrica, cumple con las normas de seguridad referidas a la manipulación de químicos o maquinarias, como el uso de guantes, cascos o botas; sin embargo, ¿sería posible minimizar más riesgos de alguna manera, incluso dentro de la oficina? Pequeños cambios podrían significar una gran mejora para la rutina de los trabajadores. Evalúa los peligros físicos, incluso los pequeños, como el calor, el frío o el ruido; los mecánicos y los posturales. En este último punto, podría ser interesante valorar la inversión en maquinaria que minimice los esfuerzos de levantamiento de peso repetitivo o sillas ergonómicas que mejoren la postura frente al ordenador.
También, deberías asegurarte de que cada espacio se mantiene limpio y ventilado. Nuevas lámparas direccionadas, ordenadores que puedan elevarse para evitar que el usuario encorve la espalda o ambientes insonorizados para lograr la máxima concentración podrían ser buenas ideas. Las plantas, los cuadros, las frases motivadoras y las alfombras contribuyen a alegrar los espacios. No olvides las zonas de descanso. ¿Cuenta tu plantilla con un área designada para el esparcimiento y la relajación? Si no es así, ha llegado el momento de que consideres incorporar una. Coloca algunas mesas con sillas cómodas, sillones, libros, máquinas de café, música y, por qué no, algún juego en equipo. Podrías, incluso, preparar una zona libre de ruidos y otra pensada para la sociabilización.
Crear un ambiente de trabajo saludable y positivo implica mucho más que refaccionar la oficina. Se trata de un esfuerzo holístico y, por eso, es crucial estudiar la cultura organizacional. ¿Cuál es la visión de tu empresa? ¿Y sus valores? ¿Se alinean estos con los objetivos? ¿Responde la plantilla a los mismos? Nuevamente, conversar con los empleados te dará la pauta de si los valores se respetan en el día a día. Si no es así, es hora de una intervención. No dudes en modificar lo que sea necesario para generar ese entorno de trabajo saludable que tanto deseas. ¡Todos te lo agradecerán!
Uno de los grandes pilares sobre los que debe basarse la cultura empresarial es el respeto. Este valor debe ser inapelable; es decir, que todos los miembros de la organización deberían gestionar sus opiniones y actuar de manera respetuosa, sin importar su nivel jerárquico. Si el respeto no estuviese presente, difícilmente podrías fomentar la colaboración y el bienestar laboral. Regula los comportamientos esperados con una guía que puedes compartir en la base de conocimientos de tu organización. Asienta allí las políticas y las prácticas vinculadas con la manera en la que se espera que se gestionen los conflictos y las relaciones interpersonales en general. Ofrece programas de mentoría y capacitación para los trabajadores según sus necesidades y deseos. Crea programas de reconocimientos y de desarrollo profesional. Alinea las búsquedas de personal con los valores y la cultura para, así, sumar talento que contribuya a un ambiente de trabajo saludable y positivo.
Pero no te quedes solo con esto. Estudia también el estilo de liderazgo y los objetivos planteados. La microgestión, una deficiencia comunicacional, la falta de negociación o retroalimentación, las metas no alcanzables, la falta de recursos o la presión de tiempo de entrega pueden generar estrés y desmotivación. El uso de una plataforma de gestión empresarial como Bitrix24 podría ayudarte en este aspecto. Un gestor de tareas te permite verificar la carga laboral de cada empleado, además de mejorar la gestión del tiempo. Por otra parte, el software incluye herramientas de comunicación para facilitar el intercambio de opiniones de manera más horizontal. También, podrías ofrecer formaciones para los supervisores y gerentes para mejorar sus habilidades de liderazgo, brindar opciones de conciliación laboral y familiar, y abrir vías de retroalimentación para que los empleados se sientan escuchados. Si pones en práctica estos consejos, tus empleados estarán mucho más satisfechos de trabajar en tu empresa.
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Al plantearte la creación de un entorno de trabajo seguro y saludable, deberías pensar de qué forma tu empresa puede contribuir en la salud de cada trabajador. En el primer apartado, hemos analizado las posibles mejoras del espacio físico. Pues bien, aquí nos dedicaremos a estudiar la información, los servicios y los recursos que podrías aportar para que los miembros del personal adopten estilos de vida saludables. Aunque no lo creas, esto repercute directamente en el bienestar laboral. Por empezar, los empleados que cuidan su cuerpo y su mente sufren menos de ansiedad y estrés, así como de problemáticas de salud que podrían afectar el cumplimiento de sus objetivos. Asimismo, las empresas que cuidan de sus trabajadores son percibidas como sitios ideales para trabajar. ¿No te parece que esto es a lo que deberías aspirar?
Uno de los grandes problemas actuales es el sedentarismo que, posteriormente, desemboca en problemáticas como el sobrepeso, los altos niveles de colesterol, las enfermedades coronarias y cerebrovasculares. Apoyar el ejercicio físico desde la compañía es una buena manera de prevenir el deterioro físico de los trabajadores. Fomenta prácticas como caminar hasta el trabajo o llegar hasta allí en bicicleta o monopatín. Podrías negociar descuentos con un gimnasio cercano, ofrecer membresías o incluir maquinaria dentro de la compañía para que los empleados puedan ejercitarse. ¿Tu presupuesto no lo permite? ¿Qué te parece, entonces, ofrecer una hora a la semana para que salgan a correr y que sea remunerada? También, podrías desarrollar un torneo de fútbol, voleibol u otra disciplina e invitar a los trabajadores a participar de ellos. O llevar a cabo de manera regular actividades deportivas de team building. ¡Las posibilidades son múltiples!
No obstante, no todo se reduce a moverse de manera regular. Llevar una dieta equilibrada influye en el bienestar de cada trabajador. Apoya esto con alimentos y snacks saludables a disposición de los trabajadores. Brinda acceso a formaciones sobre nutrición o a una consulta nutricional. Crea un entorno libre de humo. Proporciona programas para abandonar el cigarrillo y premia con insignias o una mención en el boletín organizacional a aquellos empleados que opten por dejar de fumar. Lleva a cabo evaluaciones de salud y piensa también en la salud mental. La consulta psicológica debería estar a disposición de los trabajadores. Por último, desarrolla actividades de apoyo para aquellos empleados que se reincorporen luego de un accidente, ya sea que se hayan recuperado por completo como para quienes hayan sufrido alguna discapacidad.
4. Impulsa el cuidado de la comunidad y el medioambiente
El cuarto y último pilar de un ambiente de trabajo saludable, pero no por ello menos importante, es devolver a la comunidad lo que la empresa toma de ella. ¿Sabías que la salud de los trabajadores se relaciona con el entorno social? La relación es clara: tus empleados son miembros de una comunidad. Ellos y sus familias están inmersos en ella y, por lo tanto, se sienten afectados por lo que sucede dentro de la misma. La contaminación medioambiental, la deficiencia hospitalaria o escolar, o la inseguridad son situaciones que preocupan a los trabajadores y afectan su rendimiento. Si bien es cierto que se trata de obligaciones gubernamentales, también lo es que tu empresa puede aportar a su mejoramiento siendo socialmente responsable.
Controla la emisión de contaminantes. Opta por maquinarias limpias y regula el uso del agua y la electricidad. Escoge equipo eléctrico y bombillas de bajo consumo. Participa de actividades comunitarias, como la recaudación para una escuela o un hospital. Dona siempre que puedas. Implementa políticas de igualdad de género y políticas de protección para grupos vulnerables. Asegúrate de que los procesos de selección de personal son igualitarios y erradica la discriminación de tu compañía. Asóciate, siempre que puedas, con otras empresas de la comunidad. Tu organización se debe a la sociedad en la que está inmersa. Intenta colaborar con ella para que tus empleados se sientan orgullosos de su sitio de trabajo.
Crear un ambiente de trabajo saludable no es cuestión de un par de días. Se trata de un esfuerzo a largo plazo, de un trabajo colaborativo que involucra a todos los miembros de la empresa, desde los directivos hasta los miembros temporales y los colaboradores externos. Alcanzar el verdadero bienestar laboral implica basar las relaciones en el respeto, la comunicación, la retroalimentación y la mejora continua. No basta con invertir en mobiliario y herramientas de software. Es necesario analizar a la organización en su conjunto para determinar los comportamientos, los valores y la cultura. Hay que incidir sobre estos aspectos para que cada persona se sienta cómoda y valorada, protegida y feliz.
La inversión en recursos y salud, las posibilidades de capacitación y crecimiento, el reconocimiento de logros y el cuidado medioambiental y de la comunidad son vitales para que tu empresa avance en este aspecto. ¿Quieres construir un ambiente de trabajo saludable? Deja entonces de pensar en tus empleados como simples trabajadores; mejor, velos como seres humanos, complejos y repletos de expectativas, deseos y necesidades. Si logras responder a la mayor cantidad de ellas posible, te convertirás en el mejor empleador que jamás hayan tenido. Serán fieles a tu compañía y brindarán su máximo esfuerzo porque sabrán que el éxito organizacional es, también, el suyo.